¿El dinero, tu dios?
- asp3020
- 19 abr
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Actualizado: 7 may

Cuando el dinero se vuelve espejo
Hay relaciones que no se ven… pero se sienten. Como la que muchas personas tienen con el dinero.
No lo dicen en voz alta, pero lo viven a diario. Y ese vínculo, muchas veces, está cargado de emociones antiguas que aún no encuentran salida.
💰 ¿Les devolvieron el cambio exacto? Sintieron alivio.
💰 ¿No lo hicieron? Sintieron que les habían visto la cara.
💰 ¿Ganaron algo extra? Se sintieron capaces.
💰 ¿Tuvieron que gastar de más? Se sintieron en falta.
💰 ¿Les alcanzó? Sintieron paz.
💰 ¿No les alcanzó? Se sintieron expuestos.
💰 ¿Vieron una oferta? Se sintieron afortunados.
💰 ¿La perdieron por esperar? Se sintieron torpes.
💰 ¿Pagaron sin pensarlo? Se sintieron exitosos.
💰 ¿Lo dudaron? Se cuestionaron enteros.
💰 ¿Invitaron? Se sintieron vulnerables.
💰 ¿Los invitaron? Se sintieron vistos.
💰 ¿Les cobraron menos? Sintieron que la vida los cuidaba.
💰 ¿Les cobraron más? Sintieron que la vida era injusta.
💰 ¿Vieron la cuenta llena? Se sintieron seguros.
💰 ¿Bajó el saldo? Sintieron miedo.
💰 ¿Compraron por impulso? Se culparon.
💰 ¿Se negaron un gusto? Se sintieron privados.
💰 ¿Invertieron bien? Se sintieron inteligentes.
💰 ¿Perdieron dinero? Se sintieron ingenuos.
No es solo el dinero. Es todo lo que colocamos en él.
Porque muchas veces, el dinero termina siendo un símbolo. Una figura que otorga o niega. Que consuela o castiga. Que parece tener el poder de decirnos si estamos bien… o estamos mal.
Y al mirar más profundo, aparece una verdad silenciosa: la sensación o creencia invisible de que el mundo es demasiado. Y que se necesita algo externo —como el dinero— para sentirse seguro, válido o en control.
Es una sensación que suele formarse temprano, cuando no hubo suficiente sostén emocional en la infancia. Y que sin darnos cuenta, seguimos proyectando en el presente.
Pero cuando esa historia se reconoce, cuando dejamos de vivirla como una verdad, algo cambia.
🌿 Aparece la posibilidad de soltar el peso. De mirar el dinero no como un juez, sino como lo que realmente es: una herramienta.
💡 Un medio de intercambio. Una forma de dar y recibir. Una manera de estar en conexión con el mundo, de ofrecer lo que nace desde la propia energía, y de permitirnos recibir también, sin culpa ni temor.
Cuando el dinero circula desde ahí, se vuelve movimiento. Un fluir más natural, menos forzado.
✨ Desde la filosofía de las Constelaciones Familiares, Ingala Robl habla de una prosperidad profunda: aquella que se activa cuando tomamos a nuestros padres tal como fueron.
Cuando dejamos de exigirles, de juzgarlos, y simplemente… tomamos la vida que nos dieron. Ese gesto interior nos permite abrirnos a recibir de verdad.
Y quien puede recibir de sus padres, también puede recibir del mundo.
Entonces, el dinero deja de ser lucha o carga, y se convierte en parte de un flujo vital:💫 dar con generosidad,💫 recibir con apertura,💫 circular con confianza.
El dinero sigue existiendo, sí. Pero ya no determina tu valor. Ni se lleva tu paz.
Porque la verdadera seguridad no depende del saldo. Nace adentro. De la decisión de volver a ti. Una y otra vez.
Adriana Soberon P
Coach de transiciones, consteladora y facilitadora de procesos de integración cuerpo-emoción.
© Adriana Soberon P. — Todos los derechos reservados.
🧭 Este texto es una reflexión basada en mi propia experiencia y NO reemplaza atención profesional. Si estás atravesando un momento difícil, considera buscar apoyo especializado en salud física o mental.
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