
Como le ocurre a muchas personas, al principio fui resistente a seguir "la moda" del pádel. Sin embargo, este año tomé la decisión de probarlo, y lo que creí que sería un mero pasatiempo social se ha convertido en una travesía de autodescubrimiento y reflexión. Si me conoces, sabes que mi naturaleza me impulsa a buscar el significado en cada experiencia; para mí, navegar por la vida sin ese sentido sería como flotar sin rumbo. 🌊✨
El pádel ha evolucionado de ser un simple juego a un refugio sagrado, un espacio donde puedo liberarme de las cadenas de mi mente y sumergirme en la esencia del momento presente. 🌱🎾
Como pensadora innata, me encuentro a menudo atrapada en un laberinto de ideas, donde lo abstracto y lo etéreo cobran vida. Este vasto mundo de pensamientos es fascinante, pero su atracción a veces me aleja de la realidad, desconectándome de las personas y experiencias que realmente importan. 🌌💭
A través del pádel, he descubierto cuán frecuentemente, a pesar de mi aparente enfoque, mi energía se estancaba en la parte alta de mi ser. En mis primeros juegos, en ocasiones necesitaba los gritos de mis compañeras para que me anclara de nuevo a la cancha. ⚠️🙋♀️
Así, emprendí un viaje de autoexploración. Cada vez que sentía que mi mente divagaba, con una paciencia casi maternal regresaba a mi cuerpo, tratando de silenciar el ruido interno y centrarme únicamente en la pelota. 🎾💖
Este proceso me ha llevado a una reconexión profunda con mi instinto, esa sabiduría del cuerpo que a menudo se eclipsa por la lógica racional. A medida que avanzaba en el juego, fui recuperando la confianza en mi instinto y esa seguridad que había perdido con el tiempo. 🌟🤗
He llegado a comprender que existe una sabiduría en el cuerpo que trasciende a la mente lógica. 🧠➡️💪 Albert Einstein lo expresó con claridad: “La mente intuitiva es un don sagrado y la mente racional es un fiel servidor”. Sin embargo, en nuestra cultura, se nos enseña a invertir este orden, relegando nuestra intuición a un segundo plano. 💡🔄
Es un descubrimiento contraintuitivo, pero cuanto menos pienso y más confío en mi instinto, mejores son mis resultados en el juego. Esta revelación me lleva a reflexionar sobre nuestra existencia: ¿no deberíamos permitir que nuestro instinto florezca y que la mente lo sirva? 🌱⚡️
El pádel se ha convertido en mi laboratorio de práctica, un espacio donde libero mi instinto sin la carga del pensamiento excesivo, canalizando mis emociones de manera casi orgánica. 🎾💫 Aquí, el riesgo es mínimo; lo único que se puede perder es un punto. Es un lugar donde se celebra ser juguetona y donde puedo devolver la pelota con un toque de maldad. 😄🏆
Ahora comprendo por qué una amiga lo describía como su "terapia gratuita".
Como afirma el famoso Dr. Gordon Neufeld, “Las emociones son la forma en la que la naturaleza nos cuida, y los espacios de juego son el medio que la naturaleza utiliza para poderlas cuidar”. Así, el pádel se transforma en más que un simple juego; es un lugar donde mis emociones fluyen y se mueven, transformándose. 🌊💞
¿Y tú? ¿Dónde encuentras ese espacio sin consecuencias? ¿Qué lugar te permite explorar tu lado competitivo, instintivo y emocional sin juicios? Si aún no lo has encontrado, te invito a buscarlo: un refugio para jugar, ser auténtico y dejar que tu mundo emocional se exprese sin restricciones. 🌈🎉
Adriana Soberon P. ©️ Copyright. Todos los Derechos Reservados. 📝🔒
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